Recuerdos.
Cuando me acuesto en la almohada de tus recuerdos.
Un sin número de átomos recorren mí cuerpo, fluyendo una energía en todo mí ser, que me arrastra al infinito donde te puedo ver.
Primero;
Se me eriza todo el cuerpo y más luego te puedo oler.
Huelo tu respiración, tu fragancia, tus hormonas, todo lo tuyo lo huelo.
Ese olor se transforma en energía que desciende hasta mí falo, produciendo una erupción trascendental, ocasionando que éste se estrelle contra mí cuerpo.
Más luego, lejos, muy lejos, en el infinito, estás tú.
Sandy Valerio
miércoles, 7 de mayo de 2008
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