Wikimedia

Apoya Wikipedia

Seguidores

Vistas de página en total

sábado, 26 de diciembre de 2009

Desarrollo de políticas económicas por ilustrados.

Desarrollo de políticas económicas por ilustrados.

No creo que pueda desarrollar una idea o un concepto acabado de políticas económicas por mí limitada cognición intelectiva respeto al tema y, desde luego, al no ser un ilustrado con diploma de decoración, menos. Y como dijo Aristóteles, que el pobre no puede hacer políticas, pues, al tener que estar buscando como satisfacer sus necesidades básicas no tiene tiempo para dedicarse a la política.

Ahora bien, como dice Bergson, que la intuición es la misma fuerza divina interna de cada individuo, me creo en el deber de plantear mis conclusiones respeto al tema de nuestro desarrollo económico.

Pero antes que todo recordemos a Jonh Locke lo que decía del estado; el estado es el equilibrio de la sociedad.

Sin temor a equivocarme, con respeto a Locke, me atrevería a asegurar que se refería a cada uno de los miembros que conforman una sociedad. El estado tiene que velar por estos sin importar el estatus economito y social al que pertenezca, pues, al estado estar dirigido por personas dependientes de su razón y no de sus instintos, son los más aptos para dirigir la sociedad. Y en esto tenemos que tener muy claro que la dinámica de la sociedad contemporánea no es más que la dependencia de sus instintos, mientras más irracionales y alienados sean los pueblos, mejores y más leales consumidores. Es decir, que la razón es inversamente proporcional a la economía de mercado. De aquí que tenemos que velar porque nuestros políticos utilicen más su razón que sus instintos.

¿Pero quién es que permite que una sociedad sea instintiva o alienada en la economía contemporánea? Sin lugar a dudas que países como éste subdesarrollado, las grandes potencias han influido para que no pasemos que de meros consumidores, desde luego que aliados con lideres locales carente de sensibilidad hacia sus correligionarios. Pero estos no se pueden culpar, pues, no están conscientes de que son títeres de fuerzas fácticas mundiales que los utilizan a sus antojos.

De aquí que nuestros estados sean tan vulnerables a la hora de desarrollar políticas económicas coherentes y equilibradas. En donde se tracen las directrices que seguirán nuestras sociedades. Como asegurarle vivienda a cada uno de sus ciudadanos, en donde el desarrollo técnico sea un aliado al desarrollo social y no un signo de prestigio o de estatus, en donde cada uno de los niños que nazcan se le tenga un plan de alimentación inicial para que desarrolle todas sus cualidades cognitivas; en donde se tenga una clara orientación de que tan educada será nuestra sociedad, en donde dejemos de producir profesionales mediocres, ilustrados insensibles y prostitutas y taxistas a granel.

¿Acaso no son los que dirigen nuestra sociedad los que trazan las líneas a seguir de todos estos vicios sociales? Lamentablemente la respuesta es afirmativa, como dijo Eric Fromm, de acuerdo al comportamiento de los jóvenes vemos que tan efectivos fueron los padres al educarlos. Y lo mismo podemos decir de los actuales líderes que son imitados por los jóvenes.

Entonces, si nuestros líderes carecen de la creatividad y la sensibilidad suficiente para desarrollar políticas económicas progresistas y equilibradas, ¿será culpa de los pobres alienados el desequilibrio social?, creo que no.

Cuando Jesús dice, es más fácil que entre un rico al reino de los cielos que un camello por el ojo de una aguja, no se refiere a la riqueza en si, sino, que al no evolucionar a una etapa superior y quedarse atado a lo terrenal, es decir, a lo instintivo, pues, el dinero le da poder, dominio y seguridad, como especie involuciona.

Cuando es la razón que da poder, dominio y seguridad está besándole los pies a Dios, pues, Dios dijo, yo soy la sabiduría. Y quien es guiado por la razón, es guiado por la sabiduría, por ende, por Dios.

Pero como sociedad no ha habido de manera colectiva momentos de sabiduría, salvo excepciones, como La Grecia de Pericles. Más Dios nos da la figura del estado para que colectivicemos la razón o sabiduría por medio de la educación o conocimiento técnico. Como dijo Fidel Castro, sólo la educación garantiza la especie humana.

Y cuando nos referimos a la educación nos referimos a las matemáticas, las artísticas y las morales, pues, las tres tienen el mismo fin, que no es más que el bienestar de la especie humana y su entorno.

Ahora si el estado está conformado por personas ilustradas que distorsionan la educación (matemáticas, artísticas y morales), los resultados serán anárquicos y reinará la violencia, el caos y la desesperanza. Los ilustrados vivirán en un bienestar acorde con su ego y los pobres en una desesperanza adquirida colectiva. La brecha entre estos cada día será mayor y la paz social penderá de un hilo. El equilibrio que debería existir no existe.

Par que la economía se desarrolle y traiga bienestar a cada individuo de la sociedad y no permita que el capitalismo salvaje arrope la sociedad tiene que tener un estado fortalecido, conformado por individuos verdaderamente sabios y con objetivos a corto, medianos y largo plazo muy bien definidos.

Sandy Valerio.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Filosofía y Ciencia; directamente proporcionales.

Al observar los avances tecnológicos, así como la evolución de las corrientes filosóficas, he llegado a la conclusión de que las dos buscan el mismo objetivo; la perfección del hombre.

Aunque partiendo, desde luego, en que en la actualidad predomina lo científico, o mejor lo tecnológico. De ahí, es que en tantos estados predomine la enseñanza técnica o Aristotélica. Bien dijo éste filosofo que el hombre tiene dos manera de buscar la perfección, por medio de la técnica o de la experiencia. Y como nadie nace con experiencia, salvo algunos animales y un hombre que nació en un pesebre, tenemos que inclinarnos por la técnica.

Ahora bien, ¿por qué le filosofía a quedado relegada de la ciencia?, al la filosofía trabajar en un campo adstrato y intangible. Al observar el universo como un todo.
Ha quedado relegada de lo tangible, de lo real, de la materia pura. Y al hombre le gusta tocar, oler y masticar.

Lo que ha venido ocurriendo, es que talvez, de forma ingenua, el hombre no se ha percatado, que es el mismo propósito de ambas.

Pues, al observar lo que plantean algunos filósofos, como Sócrates por ejemplo, conócete a ti mismo, la ciencia se inclina por lo genético. Nietzsche el súper hombre, la ciencia clonación. Jesús le repone una oreja a un soldado, la ciencia da paso de avances extraordinario con las prótesis y los transplantes.

La religión, el poder de la oración, es decir, hablar con Dios a través de la mente y la ciencia los programas sub-reales de informática o virtuales.

En fin, un sin número más de avances tecnológicos y científicos que son directamente proporcionales a la filosofía, es decir, en busca de la perfección del hombre.

Sandy Valerio.

sábado, 17 de octubre de 2009

Una pequeña idea.

Una pequeña idea.

Trataré de plantear una pequeña idea que si la analizamos quizás se puedan dar soluciones al desorden social en que nos encontramos.

Desde luego que antes cualquier proyecto de carácter social hay que ver las posibles consecuencias y las trascendencias de tal proyecto o idea. Si éste contribuye a la satisfacción de las necesidades de cada individuo y al desarrollo de éste o si contribuye al ordenamiento de la sociedad. Y si al mismo tiempo contribuye al desarrollo de cada uno de los entes que conforman la sociedad; sean estos privados, sindicales, religiosos o individuales sin que afecte a la colectividad, es decir, a la sociedad.

Veamos; si el estado en vez de incurrir en el famoso Plan Renove se hubiera inclinado por darle a cada escuela de nuestra sociedad un autobús o varios, esto se haría de acuerdo a las necesidades de cada centro. Las rutas serían trazadas por los directores de los centros conforme a las necesidades de los alumnos. Y los chóferes serían contratados por la secretaría de educación, que tendría la responsabilidad de entrenarlo junto con la oficina de transporte terrestre.

Con el estado proporcionarles transporte a nuestras escuelas públicas se apalearía el caos en el transporte urbano, pues los estudiantes no tendrían que utilizar el transporte público y por ende no coincidiría con los trabajadores. Se contribuiría a proteger nuestros niños y al mismo tiempo se le educaría con como deben abordar un autobús pues se le enseñaría a hacer correctamente la fila. Y se contratarían alrededor de 20 mil chóferes en todo el territorio nacional, y por ende, se apalearía también el desempleo.

Lo grande del caso es que la vida útil de estos vehículos se incrementaría pues serían administrados y cuidados por la secretaría de educación.

En el plano económico, para la familia case media, media baja y baja esto sería un respiro extraordinario pues ¿cuánto cuesta enviar un muchacho a la escuela?, y eso, lo que pueden pagar un pasaje.

Pero veámoslos en el terreno psicológico y psicosocial, qué significaría para el niño y qué para la salud social que estos tengan transporte asegurado, de seguro la deserción escolar sería menor, estoy seguro.

Ya tenemos que ir dándole soluciones a nuestros males sociales para pasar a ser una sociedad del siglo XXI.

Sandy Valerio. 13 – 10 - 2009

sábado, 26 de septiembre de 2009

Dessarrollo del Yo individual y la influencia del Yo colectivo en éste.

Desarrollo del Yo individual y la influencia del Yo colectivo en éste.

¿Quién ve más?, el que ve lo particular o el que ve lo universal. Aristóteles.

Por mi condición de auto-didata, no soy la persona más idónea para plantear el desarrollo del Yo en el individuo, ni como influye el Yo colectivo en éste; el Yo colectivo que tanto habló Jung. Podemos decir, que no se pueden apartar el uno del otro, salvo que sea un individuo excepcional. Pero esto le acarrearía muchos problemas de socialización, pues no encajaría en el entorno que se desarrolla. Sería un niño raro, un adolescente extrovertido o un gran resentido o un genio. De aquí que los encargados del desarrollo de la educación en la sociedad de éste, tienen que velar por el correcto plan de atención para con cada uno de los niños de ésta; saber conocer cada una de las teorías que se han planteado en el devenir de los tiempos. Desde los PRE-Socráticos hasta los actuales. Y apoderarse o adueñarse de la teoría que más contribuya con el objetivo que se quiera lograr como sociedad.

Si queremos una sociedad culta o una sociedad de salvaje, si queremos una sociedad de valores o una sociedad de anti-valores; o si queremos una sociedad desarrollada o una sociedad sub-desarrollada.

Estos cuestionamientos debemos hacérnoslos y de las repuestas que nos demos desarrollar y aplicar los diferentes métodos que están al alcance, para mejorar o fortalecer el Yo individual y, al mismo tiempo, mejorar el Yo colectivo.

Ahora, ¿cuál de los dos Yo al que analizar primero?, el colectivo o el individual. Desde mi punto de vista el colectivo, es decir el Yo de la sociedad. Cuales son sus características, su costumbre y su nivel intelectivo, es decir, su coeficiente intelectual colectivo.

El aspirante a sabio que no trate de buscar estas respuestas primero, y busque la del Yo individual, estará nadando contra la corriente, lanzándose al vacío; gastando tita en el papel. Satisfaciendo su ego ante las Gárgolas que esperan el oscurantismo de su verbo para volar en las tinieblas de la ignorancia.

Ahora, el verdadero sabio observará con detenimiento la sociedad y la cuestionará; si es sádica o si es solidaria, si es culta o es inculta; si es emprendedora o es conservadora. El sabio tratará de dar respuesta a cada una de estas interrogantes para tomar las medidas pertinentes en caso de que las conclusiones se han negativas. Y si son positivas, fortalecerlas.

Pero detengámonos y hagamos un ejercicio de observación, y miremos nuestra sociedad, la dominica. Si medimos la corrupción social los resultados pueden ser alarmantes, desde las instituciones que conforman la sociedad hasta el individuo más insignificante. Si medimos el coeficiente colectivo, por igual, los resultados son escalofriantes. Estamos entre los últimos países en educación superior y en educación inicial; (y eso, que aún así hay individuo, y hay que respetarle su opinión, que defienden al que controlaba el poder desde el 1957 al 2002, con todo y que fuimos el país que más creció económicamente en todos estos años, datos del PNUD, fuimos el país que menos invirtió en educación durante este mismo periodo). Si medimos la satisfacción de las necesidades básicas, es decir, alimentación, vivienda y salud, nos quemamos.

Entonces… ¿Cuáles son los resultados que tenemos?, ¿qué tipo de individuo está pariendo nuestra sociedad?, ¿qué tipo de instituciones son exitosas?, y ¿cuáles son los parámetros para que un individuo sea exitoso?

Por el contrario, un individuo que no encaje en una sociedad desquiciada, sádica, con poetas que nunca llegan a ser poetas, con cazadores de adverbios, coleccionistas de palabras y estériles para la libertad, como diría Vargas Vila, éste será un fenómeno raro, anormal. No es igual a la manada, por ende, será excluido.

Sandy Valerio. 25 – 09 - 2009

sábado, 12 de septiembre de 2009

La venganza en el ocaso.


La venganza en el ocaso.

55 años juntos, soportando sin sabores, amarguras y placer carnal. Por esto último te aferraste a ella. No te importó la cantidad de hombre que tocaran su piel, ni que fuera mayor que tu. Y, lo mejor, le criaste los tres hijos que tenía, junto con los que tuviste con ella.

Si que ha sabido soportar con hidalguía tantos años de adversidades, sólo por placer. Por tocarla, sentir su cuerpo y sus gemidos. Ninguna mujer como ella, ninguna… Pero ahora es el ocaso de sus días, nada es igual. La ha abandonado la diosa Diana. No queda nada de su belleza de antaño. Sólo imágenes, fantasma de la que una vez fuera envidiada por Venus.

La está contemplando en la cama y no sientes el más mínimo sentimiento de tristeza al verla postrada como se encuentra. No te conmueve en lo más mínimo al ver la mujer que tanta pasión despertaba en ti. Y ella lo sabe, te comprende, demasiada amargura te hizo pasar en tu juventud. Es una especie de resignación contigo. De aquí que no hizo ningún esfuerzo por irse con la nieta que la vino a buscar, para llevársela a su casa a atenderla; además de que te opusiste. No permitiste que la sacaran de la casa, pues tú la cuidaría con más amor y más compresión.

Ella lo sabe, su intuición le dice que tú quiere que ella se muera, pero no se lo dice a nadie. Es el último secreto que te guardará. Sólo es cuestión de horas.

Ella abre los ojos y te ve parado en frente de la cama y te dice:

- ¿Qué tu haces ahí?

Le quiere decir que por qué no se muere de una vez y por todas, pero una pizca de prudencia que te queda te contienes y le contestas:

- Vieja…te estoy calentando un poco de leche ¿quiere qué te la traiga?

Moviendo la cabeza para arriba y para abajo te dice que sí. Le das la espalda y caminas en dirección a la cocina. Esta está oscura y sucia por falta de unas manos femeninas que la limpien, pues con tus gruñidos y rabietas alejas a todas las que te quieren ayudar con el cuidado de la enferma y con le limpieza de la casa.

Tu mal carácter se ha incrementado después que te regalaron las diminutas pastillas rejuvenecedoras, de color azul. Te han devuelto la vitalidad que había perdido. Estas pastillas te han hecho sentir como en los mejores momentos juveniles. Al extremo de querer casarte con Negra la hija de Mon. Que aunque es 20 años más joven que tu, con estas pastillas y unos cuantos pesos te entregaría hasta el alma; como lo a estado haciendo desde hace unos meses.

Es decir que el único problema entre la Negra y tú, es ésta mujer que está atendiendo.

Apagas la hornilla de la estufa y hecha la leche en un vaso plástico para que se conserve su temperatura y no se sienta tan caliente por fuera. Tapa la leche y regresa donde tu esposa.

Mientras caminabas hacia ella te llegaron a la cabeza los planes que tienes para esta noche. Te metes las manos en los bolsillos y sacas la última pastilla rejuvenecedora que te queda; y te dices…

- Coño… tengo que mandar a comprar.

Parado frente a la enferma colocas el vaso de leche en la mesita de noche que está al lado de la cama. Te sientas al lado de ella y comienza a levantarla para que se siete y pueda tomarse la leche. No le quedan fuerza para sostenerse por si misma así que la sostiene.

Le preguntas que si se va a tomar la leche ahora. Te dice que sí. Tomas el vaso y se lo pasa. Ella te pregunta que si está fría y le dice que sí. Lo toma con la poca energía que le queda pero no tiene fuerza suficiente, así que le ayuda a llevarse el vaso a la boca. Se detiene, pues ha sentido el calor del vaso, y te dice:

- ¡Está caliente!!!

Le dices que no, que tu mismo la enfriaste. Así que le lleva el vaso a la boca y con tus propias manos le hace tomarse un trago. Ella se queja del dolor que le produce la quemadura en la boca y te dice.

- Mejor mátame…

Sandy Valerio 12 – 09 - 2009

lunes, 10 de agosto de 2009

La satisfacción de un sádico.

La satisfacción de un sádico.

Suena tu teléfono móvil y lo observas para ver si es un impertinente del partido que te llama para molestar. Miras el nombre y te das cuenta que quien llama es la chica con la que saliste anoche. No le contestas pues es muy pedidona. Le diste 500 pesos y una funda de comida de las que tienes para dársela a los compañeros del partido y no se conformó. También quería una canastilla para embarazada –dizque para dársela a una amiga- total ni tan bueno ma… te dices y cierras el celular.

Esta breve distracción te ha hecho olvidar que es hora del desayuno y vuelves a maldecirla.

- Tan temprano jodiendo, ¡para qué le di mi número a esa chopa!

Al terminar de decir esto entre los dientes, llamas al señor Vásquez.

- Vásquez…Vásquez…

A la segunda voz de su apellido ya estaba el señor Vásquez en la puerta de tú despacho.

- Dígame licenciado Garrido.
- Vásquez, tengo media hora llamándolo para que me compre 20 pesos de frutas. Y usted no aparece. ¿Por dónde andaba?
- Licenciado Garrido…Pero yo no he salido de la gobernación desde que llegué.
- ¿Y dónde estaba? Porque yo lo estoy llamando hace rato. Pero nada, dejemos eso así y cómpreme las frutas. Y que sean frescas. Pero eso es para ahora. Me oyó…

El señor Vásquez toma los 20 pesos, y sin contestarte media palabras se dirige a comprarte el desayuno de frutas, pues has decidido rebajar unas cuantas libras por el sobre peso que posees. 220 libras de grasas y colesterol, como te dijo la doctora que trabaja en el consultorio de la gobernación.

Vuelve a sonar el teléfono móvil y miras quien te llama. Es el gobernador. Te inquieta, te sudan las manos y tomas la llamada.

- Buenos días, señor gobernador…
- Buenos días, Garrido. ¿Cómo está todo por la gobernación?
- Bien, bien, señor gobernador. Todo está bien.
- Que bueno, nos vemos dentro de un rato. ¡Ah! Cuando llegue Carlos Martínez, le dices que me espere. Que no tardo en llegar.
- Sí, señor gobernador.

Cierras el celular y llamas al teniente Manzueta para comunicarle la información del señor gobernador.

- Manzueta…Manzueta…
- Dígame, señor Garrido.
- Manzueta, ¿tu sabes quién es Carlos Martínez?
- Sí, ese es, el amigo del señor gobernador.
- Exacto. El viene en un momento y quiero que le diga que espere al gobernador. Que no tarda en llegar.
- Comprendo Garrido.
- Bien…

Cuando sale el teniente de tú oficina no transcurrieron 2 minutos para que llegara el señor Vásquez con las frutas que le había mandado a comprar.

- Mire licenciado Garrido.

Lo miras y extiendes la mano derecha para tomar el plato de frutas, y observas en sus ojos el temor que te tiene.

Abres el plato con sumo cuidado pregonando el dominio de la situación. El señor Vásquez no se ha movido esperando tu aprobación. Lo miras de nuevo y vuelves a sentir su miedo; y le dices:

- Le echaron miel…

El no mueve ni un músculo, solamente un sonido imperceptible que llega a tus oídos te confirma lo que le has preguntado.

- Bien…Bien…

Y al mismo tiempo le pides que te dé la devuelta. Se le paralizan los músculos como sintiendo si la tierra se lo tragara. Y te contesta.

- ¿Cuál devuelta? Licenciado Garrido.

El tono de su voz, la sumisión y el temor en sus palabras te dan una satisfacción inexplicable. Nada como tener el control de una persona le produce tanta felicidad al sádico. Ahora con un tono autoritario le pides la devuelta sin demoras.

- ¡Cómo que cual devuelta! La de los 100 pesos que te di. ¿Qué? ¡Acaso te quieres quedar con ella! Por que si es así, tú me lo dices.

El siente como si fuera a desmayarse, y el sudor de la frente sale a relucir junto con el brillo de sus pupilas. Y con una voz trémula y taciturna te pides disculpa.

- Licenciado Garrido, perdóneme, era que no me acordaba. Mire, tenga, coja la devuelta de ahí.

Vásquez coloca 100 pesos encima del escritorio. Y sin mediar palabras le devuelve 20 pesos. No lo miras, pero le dices que esto no se vuelva a repetir, pues, no tendrás tanta paciencia con él como la que has tenido hoy.

Sandy Valerio 10 – 08 - 2009

miércoles, 3 de junio de 2009

Un poquito de carne.

Un poquito de carne.
Contemplas el vaso de whisky que está sobre el escritorio y una sonrisa se refleja sobre tu rostro. La venganza se ha consumado casi al cien por ciento. Los traidores que mataron a tú padre y que aún están vivos la están pagando caro. Los que han muertos tuvieron mejor suerte. No sufrieron tú venganza y eso te enojas.
Tomas el vaso en tus manos y de un sorbo acabas el güisqui que le quedaba. Le haces una señal con el vaso a unos de tus leales secuaces para que te eches güisqui de nuevo pero al mismo tiempo empujan la puerta y piden permiso para entrar.
- Respetuosamente… Señor, permiso para entrar.
- Entre.
Con pasos firmes y marciales entra el soldado y se para en atención frente a ti.
- Señor… La comida especial que usted mandó ha preparar, está lista.
- Bien… Proceda ha llevarla a la persona que se le preparó. Sin demora, entiende.
- Sí, señor…
Ves como el soldado se retira y miras tus secuaces uno por uno como queriendo comunicarles algo importante, pero te contienes. Y decides preguntarles por los dos que participaron en el magnicidio pero que no han sido atrapados.
- ¿Cómo van las investigaciones de los dos que faltan? ¿Por qué no lo han atrapados?
- Ranfy… Le estamos pisando los talones. Nuestros informantes están atentos las veinte y cuatros horas. Cualquiera que se mueva, nosotros lo sabemos.
- Tá bien, tá bien, sigamos hablando de eso después. Por ahora, vamos a ver un traidor comiendo. Ustedes se quedan aquí. Nosotros venimos de una vez.
Al terminar de decir esto a tus secuaces te diriges a la celda donde se encuentra uno de los que participaron en el complot. Al principio de los acontecimientos, éste que va a ver comer, no despertó la más ligera sospecha. Pero conforme se desvelaba el complot, salía a relucir su complicidad. Si no hubiera sido por el buen trabajo de tus secuaces, éste se pudo haber escapado. O alzarse con el poder. Pero le faltó valor para esto y lo está pagando con creces.
Llegas a la celda donde se encuentra el reo y le preguntas a la custodia si éste terminó de comer. El soldado te contesta que sí y que se la comió toda pues esta comida tenía mucha carne y él no había comido carne desde hace muchos días. Sólo harina con sal.Esta información te produce un extraordinario placer y le dices al centinela que se retire que quieres hablar con el reo a solas.
El prisionero no se ha movido del lugar donde se encuentra. Y ha escuchado las preguntas que le hiciste al soldado. Pero el descalabro físico y mental que tiene por los golpes que le han propinado no le permite dirigirte la palabra. Así que preguntas tú.
- Así que te trajeron un poquito de carne hoy.
El no dice nada y te dirige una mirada en tono desafiante. Y eso te enojas. Te llenas de rabias.
- Entonces… ¿te comiste toda la comida?
Ahora te dice que sí y te da las gracias, pero tu le dices que no hay nada que agradecer, que lo que no quiere es que se muera por ahora.
Te metes la mano derecha en el bolsillo y sacas una sortija de oro. Se la muestra al preso y le preguntas.
- ¿La conoces?
El abre los ojos y su rostro se ofusca. Las cejas se le entre cruzan y te confirma que es el anillo de su hijo. Se lo pasa y le dices que se puede quedar con el ya que el niño no la necesita. Se para con la poca energía que le queda y te pregunta que qué le hiciste. Le dice que nada. Que quien lo hizo fue él pues se lo acaba de comer.
Sandy Valerio. 3 – 06 - 2009

sábado, 9 de mayo de 2009

Complices Malditos.

Cómplices malditos.

El haberse quedado callada y justificar las asquerosidades emanadas de tu falo cuando la niña le mostró aquella mucosidad en su vulva, hizo cómplice silente a la que está acostada al lado tuyo. La madre de tú hijastra. Sabes que no dirá nada, pues, no lo hizo cuando debía. Y eso te da cierta libertad y confianza en tus incursiones nocturnas por el campo onírico de la niña.

Estás un poco ansioso, como siempre te pones antes de ir a satisfacer ese deseo incontrolable, y el que disfruta como nada. En muchas ocasiones te has preguntado por qué esa vicha te excitas tanto, si ni siquiera tiene vello púbico, y apenas te da por la cintura. Tanta es la pasión que la desea más que su madre. Esta no te excitas como la bebé. Por eso está esperando a que ésta que está al lado tuyo se duerma y no despierte hasta mañana.

Abres los ojos y te das cuentas que hace una hora que lo tenía cerrados disimulando estar dormido, esperando que tú compañera se durmiera. Ves el reloj y observas que son las 2:40 AM una hora después que tuviste que hablarle duro a tú esposa para que te dejara tranquilo. Te volteas de frente a ella, la está mirando y te enojas más. Y te dices…

- Esta pendeja no se daba cuenta que no estaba pá ella esta noche. Esta noche es de la bebe. Pero tuve que hablarle duro para que se durmiera. Pero ná, déjame ir a contarle un cuento a mí niña.

Al terminar de decir esto, con sumo cuidado te apeas de la cama y caminas hacia el baño. Abres la puerta de éste pero no entras. Te devuelves y empujas la cortina que sirve de puerta a la habitación de la niña. La ves, está rotundamente dormida. Algún angelito la guía por los caminos oníricos. Caminas hacia ella, te detienes en frente de su cama. Le está observando su cuerpecito indefenso sin arropar y con su batita de Mekey Mouse para dormir. La tomas entre tus manos y la volteas boca arriba. Es hora de manifestar los más asquerosos actos.

Movimientos sigilosos como de serpientes. Anestesiamiento de la victima para que no sientas la extracción de la sangre como hacen los murciélagos. La satisfacción del sádico al tener su victima entre sus manos. Y la felicidad más extraordinaria del vencedor de batalla al tener un objeto que pertenece a un enemigo en las manos sin que éste lo pueda recuperar. El ego se siente plenamente satisfecho.

Has terminado de descargar el putrefacto químico sobre el botón de rosa. Y te sientes realizado. Y la contempla tan frágil e indefensa sin que nadie la pueda defender. Solamente el manto de la noche puede proteger su inocencia. Así que te subes el pantalón corto que usa para dormir y con total sigilo abandona al subconsciente de la infanta a un futuro desconcertante.

De regreso a tú almohada tu esposa se voltea y te da la espalda, pero no dice nada. Sabes que está dormida. Así que te duermes también.

Las horas han pasado muy rápido desde que te dormiste, pero una voz infantil que escucha te despiertas. Miras el reloj que está en la pared y ves que son las 6:30 AM. Vuelves ha cerrar los ojos pero ahora distingues perfectamente la voz de la niña cuando le dice a su madre que tiene los pantis lleno de moco. Mira de soslayo tu mujer y escuchas cuando ésta manda ha acostar la niña pues es muy temprano para levantarse.

Aunque te has inquietado un poco al escuchar la niña. Las palabras de tú mujer te han tranquilizado. Y más que también escuchaste cuando ésta dijo que mandaría la niña a dormir con su padre. Sabes que es tú cómplice silente y si la niña dice algo ha alguien, con quien duerme es con su padre, el hombre que tanto odian ambos.

Sandy Valerio. 9 – 5 - 2009

sábado, 18 de abril de 2009

Arrepentimiento.

Arrepentimiento.

En la parcela número 45 de la finca Máxima Gómez, propiedad de un señor llamado Pueblo. Este les había asignado la referida parcela a dos ancianos que habían trabajado desde muy jóvenes por ésta. Y, además, había uno de los ancianos que había administrado la finca por mucho tiempo. El otro era su más fiel colaborador.

La parcela le había sido asignada también, porque era la parcela que daba la mejor vista de la finca. Y en reconocimiento a la excelente labor de los nonagenarios en mantener sus inquilinos en la resignación, la brutalidad, el pesimismo, la ignorancia y la falsa.

Aunque el señor llamado Pueblo era el dueño, sus inquilinos tenían que elegir su administrador, pues, el señor llamado Pueblo no podía administrar la finca por la cantidad de obligaciones que tenía. Por ende, tenía que elegir a una persona de la misma finca para que la administrara. Y el aciano llamado Maquiavelo era el que más tiempo había permanecido como administrador. Desde luego que gracias a su amigo el gringo y el dejar hacer de sus correligionarios.

Y en esto fue que Maquiavelo junto con Hitofo puso todo su empeño, en crear un ambiente donde nadie sobresaliera sobre él. Y el que sobresaliera era cortado desde el tronco.

Los dos nonagenarios se encontraban en el frente de la parcela, pues, estos acostumbraban a sentarse ahí. Para que todo el que entrara y saliera de la finca tuviera que saludarles. Sea el administrador de turno, sea el agricultor, sea la cocinera; o sea quien sea que cruce por el frente. Tiene que brindarle una reverencia.

- Hitofo…hay algo que me ha estado perturbando desde algún tiempo. Y quiero decírtelo.
- Maquiavelo…nosotros hemos estado siempre juntos, desde que tú me protegiste. Yo he sido tú más fiel compañero todos estos años. ¿Cómo? Si te ha estado molestando algo, tú no me lo has dicho. Acaso no crees en mi lealtad. Te he fallado en algo. He desobedecido algún mandato tuyo. O acaso dejaste de quererme.
- Hitofo…mi más leal compañero. Tú que has estado en las buenas y en las malas junto a mí. Que cuando leía algún texto que resaltara las vicisitudes que atraviesan dos grandes amigos, y su amistad no sufre ningún resquebrajamiento. ¡Quién tú crees que me llegaba a la cabeza! Dime, mi querido amigo. Tú más que nadie sabe lo importante que era la parcela blanca para mí. Y no permití que nadie ¡absolutamente nadie! La habitara o la cultivara. Más a ti he encomendado aquella labor. Porque se que es como si yo mismo lo hiciera. Entonces, ¡cómo es que por tu cabeza puede pasar que yo desconfíe de ti o que te deje de querer! La vejes te a quitado tu inteligencia.

En ese instante Maquiavelo tose y se ríe, más Hitofo se queda pensativo y trata de relajarse afincando su espalda en su asiento reclinable que le había regalado un amigo de una finca lejana. Ya que Maquiavelo tenía uno. Así los dos ancianos al contemplar la finca se sentirían como amo y señores.

- Maquiavelo…no es que por mi cabeza esté pasando cosa semejante. ¡Pero cómo es que si algo te está molestando tú no me lo has dicho! Si los dos juntos diseñamos y aplicamos nuestros ideales. Que juntos trabajamos para que en la finca nos tuvieran siempre presentes los administradores que vinieran en el futuro. Tú cuando veía que un parcelero tenía un futuro en la finca. O aquellos que practicaban la organización y la pulcritud pero que no simpatizaban con nosotros, le mandábamos a destruir sus cultivos en medio de la noche. Por que siempre teníamos los capatanes a nuestro favor. Pues los sobornábamos y le permitíamos hacer y deshacer con tal de que nos fueran leales. Es decir, que nosotros –que no salga de aquí esto que te voy a decir- creamos el desorden en la finca. Yo fui el creador del eslogan ¡trabajemos como burro para progresar y dejemos los estudio que sólo sirven para soñar!
- Si… y eso es lo que me ha estado perturbando todos estos días. Si nosotros no hubiéramos creado tantos caos en la finca. Si no hubiéramos desaparecidos tantos parcelero honesto. Si no hubiéramos dejado a los capatanes por su cuenta y hubiéramos delatado a todos los que engañaban a nuestros parceleros. Si no hubiéramos dejado a nuestro amigo el gringo acabar con nuestros jóvenes talentos. No tuviéramos como estamos. Acuérdate que mi hermana me decía que yo no podía tener hijos, pues, soy muy apoyador. Y eso fue lo que nosotros más hicimos. ¡Apoyar! Dejarlo por su cuenta. Y de eso es que estoy arrepentido. Y ese arrepentimiento es que está calando en mi alma y está haciendo añicos mi ser. El mantener a todos los parceleros brutos, sin objetivos y siempre pesimista, ha sido un error de nosotros. Que amenaza con que todo desaparezca en la finca. Hemos creados un campo de batalla en donde reina el libertinaje y el caos. En el cual todo amenaza su propia existencia. De eso es que estoy arrepentido en lo más profundo de mi alma.
- Pero tú fuiste que me dijiste –que no podíamos dejar que los parceleros vieran luz al final del camino-. Que cuando sobresaliera uno en inteligencia, en astucia y en carácter; que pudiera abrirle los ojos a sus compañeros. Mandábamos a nuestros correligionarios que lo humillaran, lo echaran de la finca. O a regar el rumor en torno a él de que estaba loco. Y en caso extremo, desaparecerlo. Pues si estos continuaban en la finca los parceleros dejarían de escucharnos y seguirnos. Nosotros que tanto hemos luchado por ésta finca. ¡Y que nos pertenece!
- Si, Hitofo. Pero mira como están nuestros jóvenes destruyéndose unos con otros. Los parámetros que nos rigen son el despotismo, el sadismo, el servilismo y demás vicios del alma. ¡Crees tú que con tanta mezquindad pueden desarrollarse nuestros correligionarios! Me parece mi querido Hitofo que se nos fue la mano.

Los dos ancianos se sumergieron en un silencio sepulcral, contemplando todo el que pasaba por el frente de su parcela pues casi era el ocaso del atardecer.

Sandy Valerio. 25 – 3 - 2001

sábado, 21 de marzo de 2009

Después de una buena venta.

Después de una buena venta.

Sostienes en la mano 4 buchetas y en los bolsillos 12 piedras. Una cantidad insignificante en comparación con la cantidad de drogas que trajiste. 30 piedras, 21 buchetas y 15 porciones de perico. Estas últimas se te terminaron hace apenas unos minutos. Llamas a cuchillo pues decidiste irte.

- Cuchillo… Vamos, ta bueno por hoy. La venta ha estado buena y no quiero que uno de esto desgraciado me lo quiera quitar. Bastante que tengo con darle al capitán. Ve… revisa la piedra a ver si queda algo del material.

Cuchillo no se detiene a contradecirte un instante, solamente cruza la calle, levanta la piedra y te hace una señal de que no queda nada. Enciendes el motor y esperas a que él regrese.

- No quedaba nada…
- No…
- Entonces nos vamos.

El absorbe el último copo de marihuana que le quedaba. Y se monta en el motor de un brinco. Sientes deseos de pedirle un copazo pero te detienes, pues, el olor a yerba no te gusta. Por eso te gusta más el perico, pues, éste no deja ese olor a incienso en la ropa y las manos. Pero no te queda perico, así que no te arrebatará para regresar a casa, donde tus hijos y tu negra. Y darle una buena pela en la cama a ésta. A esta hora los niños están durmiendo y no escucharían sus gemidos. Pero piensas en Josélito el más grande de los tres, que quiere una bicicleta. Con la buena venta que has tenido esta noche puedes comprarla mañana. Así que irás e invitas a cuchillo a que valla contigo a comprarla.
- Cuchillo, ¿Qué va ha hacer mañana?
- Na…
- Quiere ir conmigo ha comprarle una bicicleta a Josélito.
- Vamos…
- Po…Te paso a buscar mañana, okey.
- Ta…bien.

Mientras le decías esto a Cuchillo ya habían subido la subía que lleva al pueblo de Baitoa que se encuentra en el fondo de las montañas que están en la cordilleras central. Sientes un frío terrible y la neblina no te permites ver. Y te obligas a disminuir la velocidad del motor. Esto no te gusta pues lo hacéis blanco vulnerable a ti y a Cuchillo. Sientes un ligero escalofrío y agudiza la vista. Ve unas siluetas al lado de un motor y escucha el rastrillar de una pistola.

- Coño… Cuchillo, nos están esperando pa darnos un tumbe.
- Mierda…Ese tiene que ser el cabo que estaba hablando conmigo. El quería un gramo de perico. Pero ya se había acabado. Así que me dijo que habíamos tenido una buena venta.
- Coño…Cuchillo, nos metiste al medio sin darte cuenta. A ese hombre le gustan más los cuartos que comer.

Al terminar de decir esto a Cuchillo escuchas una voz autoritaria que te manda ha detener. Intentas dar un giro al motor pero escuchas unas detonaciones al mismo tiempo y caen en la calle. Se paran instintivamente, y corriendo penetran en los matorrales. Cuchillo no se detiene pero tú tropiezas y caes. Intentas levantarte pero la pierna derecha no te responde. Y piensas.

- Mierda… Me dieron, esos hijos de la gran puta.

Te volteas boca arribas e intentas quitarte el pantalón. Desabrochas el botón de éste y te bajas el ciper. Pero la energía que tienes solamente te alcanza para bajarlo hasta los muslos.

Sandy Valerio. 20 - 03 - 09

sábado, 14 de febrero de 2009

El primer vuelo.

El primer vuelo.

La primavera es la época del año más colorida y más melodiosa, pues el canto de los pájaros y el colorido de las plantas son espectaculares. No hay lugar en el majestuoso trópico en donde la mano de Dios no se manifieste. Desde el florecimiento de un flamboyán hasta el cantar de una cigua palmera.

Aquí es donde más se manifiesta el famoso equilibrio de la armonía del universo en que Palestrina sostenía que este se encontraba. En el equilibrio de la flora y la fauna.

Ahora, quiénes son los que más disfrutan esta época del año, sin lugar a dudas que los niños. Y si estos viven el campo, mucho más aún. Desde salir ha pescar a los ríos, ha recoger mangos o la peor de las actividades infantiles, cazar aves con tira piedras. Pero en esta última actividad Carlito era el hazme reír del los niños de Baitoa, nunca le había pegado con su tira piedra ni a un tronco de un árbol. Era pésimo en la cacería de las aves. Su amigo, el viejo Manfloro, le decía para consolarlo que era Dios que le quitaba los pajaritos del medio a las piedras que el lanzaba.

Esto le producía cierta satisfacción a Carlito, pero cuando le lanzaba piedras a las botellas y no le daba, de nuevo le embargaba una duda abrumadora. Y se preguntaba qué si Dios también le quitaba las botellas. Y el viejo Manfloro volvía a decirle que era que Dios no quería que él aprendiera a cazar pajaritos.

La última vez que andaba cazando pajaritos tuvo en la mira de su tirador a una tórtola que se encontraba asentada en la rama de una mata de mango que se encontraba en la finca de Amable Núñez, y cuando iba ha soltar la piedra, un chillido de pichones hizo que se contuviera de lanzar la piedra. Y, efectivamente, a unas cuantas ramas de la tórtola que él estaba por matar había otra dando de comer a unos pichones.

Esto hizo que a Carlito le llegaran muchos pensamientos extraños como éste, que talvez era cierto que Dios no quiere que él mate pajaritos.

Y se propuso ir todos los días donde los pichones hasta ver su primer vuelo. Y así lo hizo durante quince días.

Pero un acontecimiento extraño que aconteció el último día de visita al nido, hizo que Carlito no volviera a tirarle piedras a los pajaritos.

Y fue que cuando el pichón más grande que estaba en el nido empezaba a dar los primeros saltos de rama en rama, es decir, practicando su primer vuelo. Un sonido ensordecedor detuvo las primeras prácticas de vuelo del pichón de tórtola, haciendo que éste se precipitara al suelo. Carlito que estaba feliz viendo el primer vuelo del pichón, corrió a gran velocidad hasta el pajarito. Lo tomó con sus manitas y vio como le salía la sangre por entre las plumitas que todavía le estaban creciendo.

El niño sintió el dolor del pichón mientras éste agonizaba entre sus manitas.

Un joven que coincidencialmente caminaba por el mismo lugar donde se encontraba el niño. Al ver los ojos aguados del niño tomó el pajarito entre sus manos y lo mantuvo así por unos segundos hasta lograr que el pajarito saliera volando con más fuerza que antes.
El joven le dijo al niño que no había pasado nada.

Carlito recobró la alegría y pensó en el viejo Manfloro que le había dicho que para conocer un ángel solamente al que fijarse si no pestañea, si no deja huellas, y si no lleva sombra.

El joven no pestañó al revivir el pajarito, no dejó huellas al marcharse, y no llevaba sombra.

Sandy Valerio. 14 – 02 - 09

domingo, 8 de febrero de 2009

Los nuevos vehículos de los bárbaros.

Los nuevos vehículos de los bárbaros.

Ya Atílas no viene con sus hordas de bárbaros montados a caballos secando todo el pasto que por sus patas se encuentra, ahora vienen estas hordas montadas en latop, en centros financieros o en medios de comunicación.

Esparcen sus actos de barbaries a los lugares más remotos del planeta. Sus nuevos vehículos se lo permiten. Solamente necesitan conectar sus latop y los resultados al instante se notan. O alterar los estados financieros de cualquier empresa sea para destruirla o para estafar incautos. Pero los más destructores, por el alcance que tienen, son los bárbaros que se encuentran en los medios de comunicación. Estos diseminan la barbarie por toda la sociedad. Le dan una justificación a todos los actos de barbarie que comenten los bárbaros que los sustentan económicamente. Y como el bárbaro carece del más mínimo sentido de ética, pues, su naturaleza instintiva no se lo permite, éste encuentra una justificación para los actos más atroces que podemos imaginar.

Si es una invasión militar, tiene su justificación, si es una catástrofe financiera, tiene su justificación; si es alienar una sociedad, tiene su justificación.

De aquí se podría deducir que es por esto que en nuestras sociedades se invierte tan poco en educación, pues, el bárbaro necesita de una sociedad alienada, sumisa, sin iniciativa intelectual, es decir, de individuo que sufran de la dictadura de sus instintos, por ende, que dependan de líderes dominantes.

Los nuevos bárbaros están conscientes de su poder y de la sumisión de sus correligionarios. De aquí que para guardar las apariencias fundan instituciones filantrópicas, se vuelven coleccionistas o ambientalistas. Cosas éstas que para ellos es perder el tiempo. Pero como dijo Platón en La República que hasta el más atroz de los déspotas, y el bárbaro es un déspota, en ocasiones se muestra magnánimo.

Los resultados de todos estos bárbaros están ahí. Depende de nosotros continuar hacia el despeñadero como le sucedió a Roma.

Sandy Valerio. 8 - 02 - 2009