Desarrollo del Yo individual y la influencia del Yo colectivo en éste.
¿Quién ve más?, el que ve lo particular o el que ve lo universal. Aristóteles.
Por mi condición de auto-didata, no soy la persona más idónea para plantear el desarrollo del Yo en el individuo, ni como influye el Yo colectivo en éste; el Yo colectivo que tanto habló Jung. Podemos decir, que no se pueden apartar el uno del otro, salvo que sea un individuo excepcional. Pero esto le acarrearía muchos problemas de socialización, pues no encajaría en el entorno que se desarrolla. Sería un niño raro, un adolescente extrovertido o un gran resentido o un genio. De aquí que los encargados del desarrollo de la educación en la sociedad de éste, tienen que velar por el correcto plan de atención para con cada uno de los niños de ésta; saber conocer cada una de las teorías que se han planteado en el devenir de los tiempos. Desde los PRE-Socráticos hasta los actuales. Y apoderarse o adueñarse de la teoría que más contribuya con el objetivo que se quiera lograr como sociedad.
Si queremos una sociedad culta o una sociedad de salvaje, si queremos una sociedad de valores o una sociedad de anti-valores; o si queremos una sociedad desarrollada o una sociedad sub-desarrollada.
Estos cuestionamientos debemos hacérnoslos y de las repuestas que nos demos desarrollar y aplicar los diferentes métodos que están al alcance, para mejorar o fortalecer el Yo individual y, al mismo tiempo, mejorar el Yo colectivo.
Ahora, ¿cuál de los dos Yo al que analizar primero?, el colectivo o el individual. Desde mi punto de vista el colectivo, es decir el Yo de la sociedad. Cuales son sus características, su costumbre y su nivel intelectivo, es decir, su coeficiente intelectual colectivo.
El aspirante a sabio que no trate de buscar estas respuestas primero, y busque la del Yo individual, estará nadando contra la corriente, lanzándose al vacío; gastando tita en el papel. Satisfaciendo su ego ante las Gárgolas que esperan el oscurantismo de su verbo para volar en las tinieblas de la ignorancia.
Ahora, el verdadero sabio observará con detenimiento la sociedad y la cuestionará; si es sádica o si es solidaria, si es culta o es inculta; si es emprendedora o es conservadora. El sabio tratará de dar respuesta a cada una de estas interrogantes para tomar las medidas pertinentes en caso de que las conclusiones se han negativas. Y si son positivas, fortalecerlas.
Pero detengámonos y hagamos un ejercicio de observación, y miremos nuestra sociedad, la dominica. Si medimos la corrupción social los resultados pueden ser alarmantes, desde las instituciones que conforman la sociedad hasta el individuo más insignificante. Si medimos el coeficiente colectivo, por igual, los resultados son escalofriantes. Estamos entre los últimos países en educación superior y en educación inicial; (y eso, que aún así hay individuo, y hay que respetarle su opinión, que defienden al que controlaba el poder desde el 1957 al 2002, con todo y que fuimos el país que más creció económicamente en todos estos años, datos del PNUD, fuimos el país que menos invirtió en educación durante este mismo periodo). Si medimos la satisfacción de las necesidades básicas, es decir, alimentación, vivienda y salud, nos quemamos.
Entonces… ¿Cuáles son los resultados que tenemos?, ¿qué tipo de individuo está pariendo nuestra sociedad?, ¿qué tipo de instituciones son exitosas?, y ¿cuáles son los parámetros para que un individuo sea exitoso?
Por el contrario, un individuo que no encaje en una sociedad desquiciada, sádica, con poetas que nunca llegan a ser poetas, con cazadores de adverbios, coleccionistas de palabras y estériles para la libertad, como diría Vargas Vila, éste será un fenómeno raro, anormal. No es igual a la manada, por ende, será excluido.
Sandy Valerio. 25 – 09 - 2009
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