En busca de Adán.
Adentrarnos en el simbolismo de Adán es adentrarnos en el hombre libre de pulsiones, de instintos. En el ser superior. En donde la energía posee el control sobre la materia. En donde los conceptos y las ideas se encuentran libres de condicionantes inferiores y, o, culturales.
Adán es la representación del ser impoluto. Del individuo perfecto. Del individuo libre de corrupción. Del eterno equilibrio. Del eterno presente. Es el universo hecho hombre.
Adán es la representación de la eterna sabiduría. Es el origen de la perfección del hombre.
En Adán no encontramos la envidia, ni la gula. Así como tampoco encontramos la lujuria. El deseo de dominio sobre los demás es inexistente en Adán, y mucho menos, el control sobre sus compañeros. Adán carecía de éstas debilidades carnales. No poseía las debilidades propias de las especies inferiores. Los instintos. Herramientas éstas indispensables para la sobrevivencia y evolución de las especies inferiores. Sin éstas, ninguna de las especies inferiores sobrevivirían. Pero en Adán son defectos. En el estado prístino de Adán las pulsiones son innecesarias.
Las pulsiones en especies más evolucionada, son debilidades. En especies poco evolucionadas, garantizan su supervivencia.
El apareamiento con el más apto, la competencia por la hembra, la paranoia del perseguido, la inseguridad del débil, el rechazo de la manada, la lucha por asegurar y proteger la descendencia, no son preocupaciones que encontrábamos en Adán. Éstas fueron adquiridas por éste al involucional de lo divino a lo instintivo.
Al descender del estado prístino donde se encontraba, se colocó al mismo nivel que las especies inferiores. Por ende, perdió todas las cualidades divinas que poseía. Excepto una, la razón. Está es la que le ha permitido al hombre, junto con las cualidades inferiores, dirigir su evolución hacia el estado original en que se encontraba antes de hacerse dependiente de las pulsiones o instintos. Hacia la divinidad.
Ir en busca de Adán es ir en busca del estado prístino de la especie humana. Es ir en busca del hombre libre de corrupción. Es ir en busca del hombre libre de pasiones inferiores. Es ir en busca del hombre libre de instintos. Es ir en busca del hombre perfecto, del hombre divino.
Sandy Valerio
Cuadro Adán y Eva de Tiziano Vecellio de Gregorio.
jueves, 5 de febrero de 2015
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