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viernes, 27 de abril de 2012

Nietzsche y su lucha contra el demonio.

Nietzsche y su lucha contra el demonio.

Hablar de la vida y la obra de un filósofo que derrumbó el monopolio
de la moral religiosa. Así como del absolutismo de cualquier verdad. Es 
adentrarse en terreno peligroso si se carece de una sensibilidad de artista. 
Pero de un artista que desafíe las cumbres, los ídolos de los humanos, los 
dogmas dominantes -tanto filosóficos como científicos- y, desde luego, estéticos.

Si se carece de esta sensibilidad se hace muy difícil el entendimiento de
sus postulados. Y, lo peor, se puede caer en el error de un prejuicio,
de un juicio a priori. Se le debería tener pena a quien  se adentrara
en el entendimiento de esta filosofía sin sensibilidad.

Como diría Nietzsche: ''Si hay un método para encontrar, en los rincones
profundos del alma y en la oscuridad de la memoria del inconsciente, las
formas más antigua que hayan vegetado jamás, éste nos llevará a reconocer
semejanzas de estructuras entre las larvas superficiales de los sentimientos
y de las ideas que pueblan una misma región psicológica''.

En este contesto, donde el que se adentre en sus postulados, debe ser un
pensador que le gusten los peligros. Y, ''a quién le interesan los peligros(tal vez)?
Para ello habría que esperar la llegada de un nuevo filósofo con gustos e
inclinaciones  diferentes y opuestos a los ostentados hasta ahora; filósofos del
peligro (tal vez), en todos los sentidos de la palabra. Pues bien -y digo con
seriedad- creo que esos filósofos han aparecido ya en el horizonte''. Es decir,
que Nietzsche previó a quien se adentrara en su filosofía del peligro de mostrar
la naturaleza del espíritu del hombre.

Darwin nos mostró la evolución de la especie y Nietzsche nos mostró la evolución
de la moral religiosa del hombre. De la decadencia del espíritu, según e filósofo.

Podemos estar de acuerdo o no con él. El nos lo agradecería. El diría ''yo amo
a aquel cuya alma se da por entero y no pretende que se lo agradezcan ni que
le devuelvan nada, pues entrega siempre y no quiere conservarse a si mismo''.

Cómo satisfacerse con el saber absoluto!, con el juicio a priori!, con la sabiduría
del filósofo.  Para Nietzsche este era el desafío. ''Renunciar a los juicios falsos,
equivaldría renunciar a la vida, a negarla. Aceptar la negación de la verdad constituye
la condición de que la vida significa, claro está, un enfrentamiento muy peligroso con
los sentimientos que normalmente tienen de los valores, y una filosofía que se atreva
a esto se sitúa, solo por ello, ''Más allá del bien y del mal''.

Esta es su filosofía, buscar, romper dogmas, cantarle a la vida, desafiarse a si mismo.
Un espíritu con demasiada energía para estarse quieto. La tranquilidad de espíritu lo
martirizaba. Stefan Sweing diría más tarde que el demonio que llevaba dentro y con
el que luchaba constantemente, no lo dejaría en paz hasta agotar toda su energía.

Y a si mismo fue, Esa lucha se prolongó toda su vida. Desde luego que de esta lucha
sólo la humanidad a sido beneficiada. Todas sus obras fueron el resultado de ella. En
su primera obra se muestra esa lucha de Titanes. ''El origen de la tragedia''. Para muchos
la obra más académica del filósofo. Donde trata de demostrar, de forma cronológica, el
origen de la decadencia del ser humana.
   
En esta obra se nota su comienzo académico. Es decir, la filología. Pero sólo tuvo que
 leer a Shopenhauer para que la lucha entre el demonio y el filósofo fuera más violenta.
Y esta violencia le trajo como consecuencia el abandono de la filología y su apego a la
filosofía.

Este fue el primer triunfo del filósofo contra el demonio. Pero ya el demonio le había
ganado varias batallas.

La primera gran victoria del demonio sobre Nietzsche fue a los cinco años. La muerte de
su padre. Este dolor nunca lo abandonaría. Y, sin temor a equivocarme, sería el detonante
de su posterior crisis religiosa.

Esta lucha se prolongaría toda la vida. El demonio, al no poder doblegar el espíritu, atacaría
sin piedad su cuerpo. Dolores de cabeza, sífilis, trastornos estomacales, trastornos de la vista,
depresiones y nauseas. Hasta el extremo de hacerlo retirar de su clase de filología de la
universidad de Basilea.

Esto fue una bendición para el filósofo. Se dedicaría por completo a lo que a él más le gustaba,
a escribir, a filosofar, a brindarle luz al hombre.

Escribió en ''Así.habló Zaratustra'', ''he hecho para los humanos el regalo más grande que hasta
ahora ésta a recibido. Este libro más elevado que existe, el autentico libro del aire de las altura
-todo el hecho ''hombre'' yace a enorme distancia por debajo de él- es también el libro más
profundo, nacido de la riqueza más intima de la verdad, un pozo inagotable al que ningún cubo
desciende sin subir lleno de oro y de bondad''.

Pagaría muy caro el atrevimiento de mostrarle el fuego de la sabiduría a los hombres. No le
comerían el hígado como a Prometeo, pero si lo condenarían al ostracismo. Los hombre
contemporáneo, y no los dioses, no lo perdonarían.

De esta época del dominio de la voluntad del poder de su espíritu, saldrían sus mejores obras:
Consideraciones intempestivas, Humano, demasiado humano, La gaya ciencia, Así habló
Zaratustra, Más allá del bien y del mal, La genealogía de la moral, El caso Wagner, El crepúsculo
de los ídolos, Nietzsche contra Wagner, El anticristo y Ece homo, una auto biografía.

Todas estas obras de luces y sabiduría para la humanidad, la escribiría en un período relativamente
corto. El filósofo más que nadie estaba consciente de esa lucha que estaba llevando a cabo. No
podía permitirse un minuto de su tiempo en contemplaciones estériles. Era en el hombre que 
tenía que concentrarse, es decir, dedicar todo su conocimiento a éste. El mismo filósofo diría: 
''Un hombre dedicado al conocimiento que ''ama'' sacrifica tal vez su humanidad''.

Y sí que Nietzsche la sacrificó. Toda su fuerza -de espíritu y de cuerpo- cayó abatida por el 
demonio. Para algunos humanos estaba loco, pero, tal vez para otros, estaba en un eterno presente.

Sandy Valerio. 
      
     


jueves, 12 de abril de 2012

Esas gentes están locas.


Esas gentes están locas.

Tienes la mirada apagada. Las cejas fruncidas del dolor que te producen las ampollas que tienes en los pies de tanto caminar. Y para empeorar el asunto, unos zapatos de gomas que te regalaron para el viaje, pues, no tenía. Tu dolor es insoportable. Aunque siempre ha soportado el dolor con hidalguía pero en esta ocasión te tiene dominado. - Va... Esto se me quita-. Te dices. Siempre pasa. Eres un macho de verdad y por eso no debe estar tan vacilante. Si tu padre te viera te golpearía, pues, para él los hombres no se quejan tanto. A... Tu madre. Sí, ella también se avergonzaría. Te acuerda cuando te decía que los hombres no lloran y te colocaba una carga de leña en la cabeza. A... Aquellos días de infancias. Mira como te encuentras, vuelto un guiñapo. Por Isabel, tú hermana, que te instó a que te fuera a vivir a la capital. Que más trabajo. Que volvería al campo y compraría tu casita con un conuquito. Que ayudaría a mamá. Que Juana te haría caso cuando volviera de la capital. Esto aún resuena en tu cabeza y te llena de cólera por el dolor que está sintiendo del cansancio de estos último 15 días. Sí, mírate, no aguantas más. Después de esta última loma, tu pueblo. Aceleras el paso. Tiene un deseo inmenso de gritar pero no lo hace. Ya está en la tierra de Antonio. Desde aquí se ve todo el pueblo. Ahora puede sentarte a descansar. Te sientas. Meditas en todas las decisiones difíciles que tuviste que tomar cuando decidiste salir de aquel infierno. Valla que era un infierno. Nunca en tu desgraciada vida había visto cosa semejante. Aviones volando a ras del suelo disparando sus ametralladoras a las personas que estaban del otro lado del puente. El rugir de sus motores juntos con el de las ametralladoras, te hicieron sentir que te orinaba en los pantalones. Para desgracia tuya vivía a unos metros de donde se produjo la balacera. Tan así que podías ver a los que estaban del otro lado del puente. Viste como las balas le perforaban los cuerpos. Como caían. Sus amigos levantando los heridos en medio del tiroteo.

Era una masacre. Pero el valor de ellos era mayor que todas las armas juntas de lo que estaban del mismo lado que tú. Mientras más caían, más aparecían. Hasta que los de éste lado, con todo sus aviones, tanques y fusiles, tuvieron que desistir de cruzar el puente. Todo esto lo viste y lo escuchaste. Fue después de ese tiroteo que le dijiste a Isabel que te iba para tu campo. Ella no puso resistencia. Veía el miedo en tu rostro. Pero había un problema. ¿Cómo llegar al campo? No hay transporte. No puede cruzar el puente. No conoces a nadie que te pueda cruzar en vote. Entonces, la decisión. Caminando... Sí, te iría caminando. Río arriba hasta poder cruzarlo. A las personas que encuentres en el camino le preguntaría como llegar a Santiago. Así empezó tu viacrusi. A... Que experiencia. Nunca la olvidará. Ahora, sentado, saca una migaja de tabaco que te quedaba en el bolsillo y te lo entra en la boca para masticarlo. Te ayuda a mitigar el dolor y el hambre. Que satisfacción. Ya llegaste a tu pueblo pero a que precio. Mira una silueta que se acerca. Es Antonio, como de costumbre, temprano. Te quiere parar a saludarlo pero el cansancio te vence. El te ha visto. No te ha reconocido por la distancia, pero ya que está próximo te conoces. Escucha cuando te vocea Hipólito... Hipólito... Le abre los brazos en señal de que lo escucha. Tú también lo quiere llamar, pero no puedes, tus ojos se llenan de lágrimas. El lo comprende, se te acerca y te da un abraso. Después de tantos días sin ver a alguien conocido y bajo está circunstancia, es como si viera un ángel.

El te pregunta que te ha pasado. Lo último que sabía de ti era que te había ido para la capital a vivir con Isabel, la buenota de tu hermana. Sí, le dices, pero esas gentes de la capital se pusieron locas y rompieron a matarse unos con otros. El te lo confirma. Las noticias ya llegaron al campo. Llegaron primero que tu. Es tan así que Antonio sabe más que tu de lo que está pasando. Pero no hablan más. El vio tu deterioro. Te monta en su burra que nunca lo abandona. Y te lleva a casa... A casa...

Sandy Valerio.

miércoles, 4 de abril de 2012

Desafíos


Desafíos.

Este fue el título que le pusieron a la promoción escolar
con los que terminé el bachiller en el colegio Santa Ana.

Y en la verdad que esta palabra estimula el espíritu. Te
hace concentrar energía. Visualizar situaciones con la que
te puedas enfrentar, sean estas negativas o positivas. Es
decir, que es fuente de inspiración para lograr tus objetivos.

Mientras más desafíos nos proponemos, más fuerza espiritual
debemos activar. Y, desde luego, no permitir que esta energía
se disperse. Si esto sucediera, los desafíos serían truncados.
No se alcanzarían los objetivos. Y, por ende, no habría ningún
tipo de satisfacción.

Pero cómo evitar que esta energía se disperse? Cómo evitar
distracciones? Cómo evitar tener que rendirte ante un desafío?

Generalmente las personas común y corriente viven con toda su
energía dispersa. No saben, ni han aprendido a concentrar energía.
Viven distraído y se rinden ante cualquier adversidad. Es decir,
que nunca en su vida afrontan un desafío.

Más el individuo de iniciativa, de carácter y prudente, logra
concentrar toda su energía. No existen situaciones, lugar, persona
o cosa que logre distraerlo. Pero sobre todo, nunca se rinde.

De esto deducimos que los desafíos son para individuos extraordinario.
Seres que están por encima del común de los demás.

Entonces, a cuáles perteneces?, a los que viven en manadas o a los
que viven en un constante desafío.

Sandy Valerio