Educando a Edipo.
Has encendido un cigarrillo y lo contemplas mientras duerme. Es todo un hombrecito. Te sientes orgullosa de él. Ninguna mujer te va a poner de relajo mientras yo viva, le dices al observarlo.
El cigarrillo comienza a extinguirse y al mismo tiempo las secreciones incestuosas se deslizan por entre los labios inmorales.
La enseñanza por esta noche terminó. Y tienes que levantarte temprano a prepararle el desayuno para mandarlo al colegio a completar su educación.
Sandy Valerio.
miércoles, 14 de diciembre de 2011
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